Prensa Explícita La realidad al desnudo
Un operativo de la División Antifraude logró incautar mil termos falsificados de la importante marca que elabora estos productos.
Gran estafa en Nordelta.
La División Antifraude de la Policía Federal Argentina incautó más de mil productos falsificados de la marca Stanley, que podrían poner en riesgo la salud de los consumidores, según advirtieron especialistas.
El procedimiento comenzó a raíz de una denuncia de Parallel S.A., la empresa que representa a Stanley en Argentina, por la venta de productos apócrifos en Nordelta.
El procedimiento en Nordelta
Tras los primeros allanamientos, se recolectaron pruebas que llevaron a otros operativos en cuatro ubicaciones adicionales, incluyendo depósitos y locales en Villa Urquiza, en la Ciudad de Buenos Aires, y en Villa Adelina, San Isidro.
La causa, llevada adelante por el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de San Isidro, bajo la dirección del Dr. Sebastián Basualdo y el Dr. Angel Fabián Berthet, ya dio como resultado el secuestro de más de mil artículos falsificados de Stanley. En el último año, distintas empresas afectadas denunciaron la confiscación de casi 10 mil termos falsos, no solo de esta marca, sino también de otras reconocidas en el mercado local.
Ante la creciente cantidad de casos de falsificación que se investigan en diferentes puntos del país, la División de Scopometría de la Policía Federal Argentina creó un registro centralizado para verificar la autenticidad de los productos Stanley, lo que facilita la realización de pericias en múltiples causas.
Un peligro sanitario
La falsificación de estos productos no solo representa un daño económico y comercial, sino que también conlleva peligros para los consumidores, ya que los artículos no cumplen con los estándares de calidad y seguridad requeridos.
Los productos ilegítimos están elaborados con aceros inadecuados para el contacto con alimentos, lo que puede ocasionar la liberación de impurezas al agua caliente, generando riesgos a largo plazo para la salud.
Además, se fabrican con acero inoxidable no apto según las normativas nacionales, del Mercosur y del Código Alimentario Argentino.
