La presentación en el Congreso del proyecto de Reforma Laboral confirmó, entre otras cosas, la decisión del Gobierno de ampliar las formas en las que se puede acreditar los salarios de los trabajadores, lo que le abre el juego a las billeteras virtuales no bancarias, que hasta ahora habían quedado relegadas.

Actualmente, los trabajadores pueden decidir en qué institución cobrar su salario, siempre que se trate de una entidad financiera regulada. Con la redacción del proyecto, los empleados en relación de dependencia tambien podrán optar por alguna de las billeteras virtuales de las 200 que aparecen registradas en el Banco Central bajo el nombre de Proveedores de Servicios de Pago.
Y no solamente los tradicionales competidores de los bancos, como puede ser el gigante Mercado Pago, podrían verse beneficiados por este cambio. Otras compañías, no netamente del sector fintech, también podrían pelear con los bancos por este negocio. El caso más emblemático es YPF. La petrolera de bandera tiene registrados en su aplicación 4.5 millones de personas de las cuales 3 millones la utilizan asiduamente. Recientemente incorporó la opción de pagos de servicios y recargas en su billeteras.
Esto les abre la puerta una puja por el manejo de las más de 10 millones de cuentas sueldos que existen en este momento en la Argentina.
Además de las cuentas sueldos, un botín en disputa entre bancos y fintech desde el comienzo del Gobierno de Javier Milei, el proyecto de la Reforma Laboral introduce un nuevo punto de discordia: los pagos a los más de 500.000 «trabajadores de plataformas», entre los que se cuentan los repartidores de Rappi o Pedidos Ya y los choferes de apps como Cabify o Uber.
Es que, entre todos los requisitos que la legislación establecería para estos «prestadores independientes», la redacción del proyecto enumera que deberán «tener cuenta bancaria o billetera electrónica cuya Clave Bancaria Uniforme (CBU) o Clave Virtual Uniforme (CVU) sea debidamente informada a la plataforma tecnológica, a fin de recibir las transferencias que correspondan por sus servicios».
De esta manera, el proyecto equipara a bancos tradicionales y a billeteras virtuales en la posibilidad de manejar los ingresos de los trabajadores argentinos. Este punto fue ampliamente resistido por el sector bancario desde diciembre de 2023, cuando se conoció el primer DNU del presidente Milei, que incluía esta posibilidad.
Recientemente, los bancos nucleados en ADEBA ( la cámara que reúne a las entidades privadas de capital nacional) expusieron en una nota técnica los «riesgos» que avanzar en esta vía representaría, no solo para los usuarios, sino también para el sistema financiero argentino. Las entidades sostienen por un lado que las fintech no cuentan con la regulación y supervisión necesaria del Banco Central y aseguran que estas últimas no ofrecen garantías sobre los fondos que se depositen en ellas.
Los bancos también hicieron hincapié en la gratuidad que actualmente tienen las cuentas sueldos, al igual que las asociadas al cobro de jubilaciones. Este punto es clave, ya que la mayoría de los servicios que ofrecen hoy en día las billeteras virtuales tampoco tiene costo para sus usuarios.
En la práctica, muchos trabajadores reciben actualmente sus haberes en una cuenta bancarias pero transfieren buena parte de esos fondos a distintas billeteras para ganar con los rendimientos de los FCI y cuentas remuneradas estas ofrecen. Este fenómeno se ve en el incremento mes a mes de las transferencias inmediatas. Según el BCRA, en octubre, ultimo dato disponible, estas totalizaron $ 78,8 billones, que implican incrementos interanuales de 24,7 % y 34,8 % en cantidades y en montos reales, respectivamente. El 75,2 % de las transacciones tuvo como origen y/o destino una billetera virtual.
En el sector fintech ven con buenos ojos el avance de esta desregulación frente a un segmento que consideran que permanece «cautivo» por los bancos.
La Cámara Argentina de Fintech presentó un documento en el que explican que las billeteras virtuales si están reguladas por el Central y que El 100% del dinero de los usuarios está depositado en cuentas bancarias, a la vista y separadas del patrimonio de las empresas. «Las billeteras cumplen normas estrictas de seguridad, prevención de fraude, lavado de dinero y reportes obligatorios. Nunca hubo un caso en el que un PSP regulado no devolviera fondos a sus usuarios», destacó el documento.
«Lo que está en discusión son los privilegios que la banca tradicional quiere mantener y la libertad de elección de millones de personas en la Argentina», aseguran las fintech.
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