El titular de la Conferencia Episcopal Argentina reclamó por la distribución de los 5 millones de kilos de alimentos que tiene en sus depósitos sin destino.
La Conferencia Episcopal Argentina, que reúne a los obispos de la Iglesia católica en el país, emitió el domingo pasado un mensaje en el que instó al Gobierno de Javier Milei a dar la orden de distribuir los 5 millones de kilos de alimentos que están guardados en dos depósitos sin destino alguno.
En una reflexión a propósito de las palabras del papa Francisco sobre la globalización de la indiferencia, el obispo Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, se refirió a las 5 toneladas de alimentos que están en poder del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello.
«No entro en las razones por las que están guardados pero pienso que en un tiempo de emergencia alimentaria tienen que llamarnos a la reflexión. Rápidamente tienen que ser entregados», señaló Ojea en su mensaje de YouTube.
«Esta sensibilidad frente (al hecho de que) el pan que yo tengo puede faltar en otras mesas, va contra todo lo que sea tirar alimentos», agregó en referencia a la fecha de vencimiento de los productos, que pueden o no haber sido almacenados de manera cuidadosa.
«Realmente nos preocupa que se vaya perdiendo esta sensibilidad frente a un derecho esencial y primario: el derecho al alimento», remarcó en su mensaje, en el que deseó que «Dios quiera que rápidamente se abran esos depósitos para que los hermanos con tantísimas necesidades puedan disfrutar de su alimento diario».
Mientras tanto, el juez federal Sebastián Casanello le ordenó este lunes a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que arme un plan para la distribución de los alimentos.
En su resolución Casanello dispuso librar una orden de presentación para que se detalle «el stock actual de los alimentos almacenados en los depósitos ubicados en las localidades de Villa Martelli, Vicente López, provincia de Buenos Aires, y Tafí Viejo, Provincia de Tucumán».
El informe tendrá que contener «las fechas de adquisición y expiración de la mercadería» para luego usar esos datos en el plan de distribución de los alimentos, «en atención a su tipo, cantidad, fecha de vencimiento y grupo de destino, previendo su ejecución de modo inmediato».