El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, aseguró que la baja de la inflación ya se estancó y que, de no mediar nuevas políticas, se mantendrá en el orden del 5% mensual.
El ex ministro de Economía Domingo Cavallo estimó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo se ubicó en torno al 5% y reveló el método para lograr en simultáneo «el ataque definitivo» contra la inflación y la reactivación económica.
En su blog personal, el padre de la convertibilidad y de la crisis que derivó en el estallido político, económico y social de 2001 aseguró que «si en mayo hubieran continuado los ajustes de los precios de la energía y de los transportes como habían sido anunciados, la tasa de inflación a publicar por el Indec tendría que ser del orden del 7%, pero dado que el gobierno decidió postergar los ajustes de los precios controlados para más adelante, es posible que la tasa mensual de mayo termine estando alrededor del 5%».
Al referirse a la condición necesaria para que el proceso de desinflación se consolide, señaló que «es necesario clarificar cómo se avanzará hacia el sistema monetario de competencia de monedas».
En la mirada del controvertido economista, «con la inflación mensual por debajo del 6% mensual, el gobierno tiene que preocuparse porque en los próximos meses no vuelva a aumentar», por lo que consideró que «el ataque definitivo contra la inflación con simultánea reactivación vigorosa de la economía recién podrá aplicarse a partir de la unificación y liberalización cambiaria que se logre sin salto devaluatorio».
En ese sentido, manifestó que «el sistema monetario actual no permite que el dólar pueda cumplir eficientemente con todas las funciones de una moneda de curso legal, particularmente que pueda servir como reserva de valor y permita la utilización del ahorro en dólares para financiar inversiones o capital de trabajo de personas y empresas», indicando que «por consiguiente, es muy diferente a un régimen eficiente de competencia de monedas».
Analizando el escenario actual, expresó que «el sistema cambiario no es un ‘mercado único y libre de cambio’ sino un desdoblamiento confuso e insincero, donde no existe ni unidad ni libertad», asegurando que «permite un manejo discrecional tanto por el lado de las cantidades como de los precios según el tipo de transacciones permitidas», por lo que «hay muchas transacciones lisa y llanamente condenadas a la ilegalidad».
Ante esto, Cavallo consideró que «un desdoblamiento formal del mercado cambiario, manteniendo los controles de cambio sobre las transacciones relacionadas con el comercio exterior de bienes, y liberalizando totalmente todo el resto de las transacciones, fundamentalmente las de servicios y las financieras por movimiento de capitales, es el mejor camino para avanzar hacia un sistema monetario de competencia de monedas», aunque aclaró que «la competencia de monedas quedará perfeccionada cuando pueda reunificarse el mercado comercial con el mercado financiero libre».
Asimismo, indicó que «el único mecanismo capaz de permitir e inducir la re-monetización en dólares de la economía que decidan las personas es la liberalización del mercado financiero junto con el blanqueo de capitales y la autorización para que los bancos reciban depósitos en dólares con la misma facilidad y prerrogativas de los depósitos en pesos».
En esta línea, Cavallo aportó que para mantener la estabilidad en el nivel de precios, el Banco Central deberá «manejar los encajes legales de los depósitos en pesos y en dólares, las tasas de interés en ambas monedas (a través de operaciones de mercado abierto con bonos en pesos y en dólares) e intervenir en el mercado cambiario comprando o vendiendo reservas de tal manera de tender a estabilizar el precio del dólar en pesos».
Al mismo tiempo, advirtió que una apertura total del cepo sin una etapa previa de liberalización financiera podría aumentar el riesgo de «un salto devaluatorio inicial que vuelva a exigir realineamiento de precios relativos de bienes transables y tarifas de servicios públicos».