Cynthia Cecilia Maidana (31), suboficial de la Policía Federal Argentina (PFA), se paró frente a su ex pareja y padre de sus dos hijas menores, sacó su arma reglamentaria y le disparó a quemarropa en el pecho. Faltaban pocos minutos para las 5 de la madrugada del miércoles 12 de noviembre.

Se cree que la mera reacción de Rodolfo Emanuel Benítez Bazán (38), taxista y de nacionalidad paraguaya, hizo que el mismo proyectil le provocara una lesión en el muslo a la mujer. Maidana no se detuvo y con el hombre tirado en el piso, en plena agonía, se reincorporó y lo remató con un disparo de su Bersa Mini Thunder en el abdomen.
El ataque ocurrió en el living del departamento, a pocos metros de donde las hijas de la pareja, de 4 y 8 años, dormían plácidamente.
Lo primero que hizo la suboficial fue enviarle un mensaje desde el celular de su hija al jefe de una de las brigadas de la División Sustracción Automotores de la PFA. El reloj marcó 5.01. El mensaje era solo palabras: “Auxili”, “Cyn”, “Casa”, “Ayuda”.
Demoró unos 10 minutos para pedir ayuda. En ese tiempo alteró la escena. Primero movió el cuerpo, le colocó un cuchillo entre las ropas, desconectó las cámaras de seguridad que tenía en el interior del departamento, desinstaló la aplicación de WatsApp y rompió con sus dos manos su celular. Recién ahí pidió ayuda.
Cynthia Cecilia Maidana (31), suboficial de la Policía Federal Argentina (PFA), acusada de asesinar a su ex pareja.
“Me dispararon”, gritó en el pasillo del primer piso de un edificio de la calle Cachimayo al 100, en Caballito. Recién a las 5.14 un vecino la socorrió. Seis minutos después un médico del SAME constató la muerte de Benítez Bazán y derivó a la suboficial al hospital, en calidad de detenida.
La primera hipótesis que manejó la Policía que llegó al lugar fue que Maidana se defendió de la agresión de su ex pareja, de quien tenía una medida de restricción por la que le habían otorgado un botón antipánico.
Lo que nadie imaginó fue el vuelco que tomó la causa tras la investigación llevada adelante por la fiscal Mónica Cuñarro, a cargo interinamiente de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 8, quien a raíz de la prueba recolectada imputó a la policía Maidana por el homicidio agravado por el vínculo y por el uso de arma de fuego, un delito que prevé pena de prisión perpetua.
El plan macabro
El crimen de Benítez Bazán comenzó a gestarse horas antes. La mujer realizó distintos movimientos y envió mensajes de WhatsApp como coartada a varias personas de su entorno.
“Maidana planificó de antemano, al menos de manera parcial, los sucesos ocurridos en la madrugada del 12 de noviembre. Por otro lado, no puede pasarse por alto su actitud inmediatamente después del hecho, consistente en adulterar y eliminar prueba relevante para la investigación. Esto refuerza la idea de que no existió una legítima defensa, puesto que Maidana concurrió a su domicilio esa noche, sabiendo lo que iba a hacer”, sostuvo la fiscal Cuñarro en su dictamen, al que tuvo acceso Clarín.
La magistrada basó su argumento en distintas pruebas recolectadas durante los primeros días de instrucción que incluyeron pericias técnicas y testimonios de familiares y vecinos. De esta manera cambió la principal hipótesis de que se trató de una legítima defensa a la de un homicidio con intención.
Maidana envió a las 2.15 de esa madrugada un mensaje a la niñera de sus hijas y le ordenó que “si le preguntaban tenía que decir que ella cuidaba a las chicas, que lo hacía los días par y que la iban a llamar y tenía que decir que ese día las iba a cuidar, pero que no había podido ir por un problema”. También le pidió que no le comente a nadie de la conversación.
La conversación de la policía imputada con la niñera previo al homicidio.
Casi 40 minutos después preguntó al grupo de vecinos del edificio si alguien podía abrirle la puerta de calle porque no tenía las llaves. Según la investigación, se las había dado a Benítez Bazán para que estuviese allí con sus hijas en el departamento.
Quedó registrado en las cámaras de seguridad de la zona que se encontraron minutos antes sobre la avenida Rivadavia y que el hombre regresó al departamento junto a sus dos hijas.
Por el lapso de dos horas no se escucharon gritos, ruidos ni golpes. Un vecino declaró qque cerca de las 5 escuchó “dos detonaciones seguidas, luego un grito de ‘ay’ de una voz femenina, y luego otro disparo, en un lapso de 20 segundos, lo que coincide en un todo con la mecánica determinada”, señaló la fiscal.
En su argumento, Cuñarro destacó otro punto importante para acusar a la policía. Dijo que en lugar de llamar ella al 911, decidió salir al pasillo y pedir ayuda, por lo que un vecino recién dio aviso a la policía y al SAME a las 5.14 de la madrugada.
“Le dio una ventana de más de diez minutos para destruir pruebas y, por qué no, alterar la escena del crimen, como ser mover objetos, colocar el arma en una posición poco usual -sin perder de vista la peligrosidad a la que expuso a sus hijas tras dejarla montada con cartucho en recamara, apuntando hacia su habitación- como así también introducirle a la víctima un cuchillo, para justificar su violencia”, afirmó la fiscal.
Es que no había signos de una pelea previa en el lugar. No había elementos tirados en el piso y el desorden era propio de una casa donde viven menores.
En cuanto a la relación entre Maidana y Benítez Bazán, la familia de la mujer la calificó como “tóxica”, aunque aclararon que el hombre nunca fue violento hacia ella.
“Hace uno o dos meses me comentó que estaba haciendo la revinculación entre las nenas y su padre”, declaró el jefe de la oficial.
Las pruebas en el cuerpo de la víctima
El cuerpo de Benítez Bazán estaba tirado boca abajo en el ambiente principal del departamento. Agarrado del elástico de su ropa interior había un cuchillo tipo de carnicero de unos 32 centímetros. La pericia determinó que fue colocado por Maidana luego de asesinarlo de dos disparos.
La falta de huellas papilares del hombre en el mango fue una pista fundamental para entender que el testimonio de la mujer era falso. También el rastro de sangre que dejó el cuerpo fue analizado por los peritos y determinó que fue movido para que la mujer pueda poner el cuchillo entre las ropas de la víctima.
Según la fiscal, el cuchillo fue colocado por la policía en el cuerpo de la víctima.
“Dicha rotación, se vería justificada en que la propia Maidana giró el cuerpo de su víctima hacia la izquierda con la finalidad de acceder a su parte trasera y colocar allí el cuchillo que fue hallado luego por el personal policial”, indicó el dictamen.
Otras denuncias contra Maidana
La suboficial Maidana fue denunciada por su hija mayor, quien sostuvo que le apuntó con un arma de fuego en la cabeza y la amenazó porque había acusado por abuso a Benítez Bazán. Con el tiempo, la joven desistió de esa presentación en la Justicia y negó los hechos, pero igual fue condenado con una pena en suspenso.
“Hija de puta”, “te vas a arrepentir”, “te voy a matar”, “me enloqueciste”; fueron algunas de las frases que la joven denunció que le gritó su madre.
Maidana tenía orden de restricción de acercamiento para con su hija mayor, su madre y padre. Fue de 180 días dictada por el Juzgado Nacional en lo Civil N° 92 y prorrogada en septiembre de este año. En noviembre fue archivada por falta de prueba.
A pesar de las denuncias en su contra, la policía continuaba utilizando su arma reglamentaria, la cual llevaba a su casa y dejaba con fácil acceso al alcance de sus hijas menores.
Cómo sigue la causa
Este viernes, la Sala 4 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional rechazó el pedido de excarcelación realizado por la defensa de Maidana.
En sus argumentos, los jueces señalaron que el hecho de que sea policía “evidencia que posee acceso a recursos, herramientas logísticas y vínculos laborales que, en caso de recobrar la libertad, podría utilizar para entorpecer las averiguaciones aún en curso”.
Maidana amplió su indagatoria. A diferencia de la primera declaración, esta vez no aceptó responder preguntas de la fiscal. Sostuvo que fue víctima de dos episodios de violencia por parte de su ex pareja, pero afirmó que no le tomaron la denuncia.
La fiscal Cuñarro aguarda una serie de resultados de las pericias psiquiátricas de la imputada, el informe del teléfono celular de la víctima y una ampliación de la autopsia.
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