Un oficial de la Policía de Corrientes fue condenado a 25 años de prisión por haber herido de gravedad a su ex pareja y asesinado al novio, ambos también integrantes de esa fuerza de seguridad. El fallo fue dictado por el Tribunal de Juicio 2 y recayó sobre el todavía oficial ayudante Osvaldo David Medina (31).

El hecho ocurrió en la mañana del 13 de abril del año pasado cuando Medina irrumpió en la casa del barrio Rincón Florido, en la localidad de San Cosme, donde estaban Bárbara Romero y su novio, Alfredo Molina, hijo del por entonces jefe de la Policía de Corrientes.
Medina se encontraba en un boliche de la ciudad de Corrientes cuando se enteró que su ex pareja estaba en la casa en compañía de Molina, con quien había iniciado una relación hacía un tiempo.
El oficial se fue en auto hacia San Cosme, un pueblo que está a 40 kilómetros de la capital provincial. Con una copia de la llave de la vivienda, ingresó con su arma reglamentaria desenfundada y atacó a balazos a Molina, que fue alcanzado por dos balas y murió antes de recibir atención médica.
El ex jefe de Policía Arnaldo Molina y su hijo Alfredo.
Romero, en tanto, sufrió tres balazos y después de varios meses de internación y cirugías, logró recuperarse. Desde entonces está en silla de ruedas porque uno de los proyectiles rozó la médula y la dejó sin posibilidades de caminar.
El testimonio de la joven oficial fue clave para desbaratar la estrategia defensiva, que buscaba una condena atenuada por considerar que actuó bajo emoción violenta. La mujer contó que con el acusado “tuvimos una relación que duró alrededor de tres años. Los primeros dos fueron muy buenos, estuvimos bien, pero el último año, teníamos muchas peleas y casi todas tenían que ver con los celos de su parte, que llegaron en algún momento hasta la violencia física”.
Romero contó ante el Tribunal que Medina intentó retomar el vínculo pese a que ella ya había iniciado una relación con Molina. “Nos estábamos conociendo y tenía mucha ilusión. Medina sabía bien de esta relación, pero no la aceptaba”, aseguró.
Condenado. El policía Osvaldo David Medina (31), sentado a la izquierda, fue condenado por balear a su ex pareja y matar al nuevo novio
Sobre el ataque, sostuvo que Medina ingresó en la casa y comenzó a disparar, sin que mediara palabra o discusión alguna. Y que luego escapó del lugar. Horas después sería detenido en la casa de sus padres, en la localidad de Riachuelo.
Molina y Medina habían sido compañeros de trabajo en la Dirección General de Delitos Complejos e Informáticos; mientras que Romero prestaba servicios en la Dirección de Investigaciones.
«Quiero pedir perdón a las tres familias involucradas»
Sobre el final del juicio, Medina decidió declarar ante el Tribunal. Sostuvo que no sabía que Molina estaba ese día en la casa de Romero y que previo a los disparos hubo entre ambos un forcejeo antes que pudiera sacar su arma reglamentaria.
Dijo que no podía precisar cuántos disparos hizo esa mañana, pero concluyó que fueron muchos porque intentó dispararse en la cabeza con la misma pistola y ya no tenía balas.
“Yo sé que mis palabras no bastan para aliviar el dolor que causé. Quiero pedir perdón a las tres familias involucradas. Especialmente a la familia Molina, a la familia Romero. Perdón por el dolor que causé”, dijo sobre el final de su declaración.
Al momento de los alegatos finales, tanto la Fiscalía como la querella pidieron que Medina fuera condenado a 30 años de cárcel por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma y tentativa de homicidio agravado por el vínculo y en contexto de violencia de género y uso de arma de fuego.
La fiscal Lucrecia Troia Quirch sostuvo que “la única motivación que tuvo Medina para actuar de la manera que actuó fue el control y dominación que quería tener sobre Bárbara Romero”.
La defensa del policía, en tanto, insistió con que el crimen fue cometido en un contexto de emoción violenta y pidió descartar el agravante por violencia de género.
Finalmente, el Tribunal integrado por Rosa Elizabeth Azcona, Héctor Ariel Azcona y Román Facundo Esquivel, le impusieron a Medina una pena de 25 años de cárcel.
El ex jefe de Policía de Corrientes y padre de la víctima, comisario general retirado Arnaldo Molina, sostuvo que tras el asesinato de su hijo «sigo caminando en la vida con una mochila pesada»; y agregó que «prefiero ser un don nadie, pero tener a mis hijos. La Policía me dio todo, pero también me sacó todo”.
Molina se quejó porque Medina todavía no fue dado de baja de la fuerza y adelantó que seguirán con atención el cumplimiento de la condena para evitar privilegios, ya que el oficial tiene una hermana dentro del Servicio Penitenciario de Corrientes.
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