Buques de investigación con bandera rusa reportaron a Moscú el hallazgo de una reserva de petróleo que equivale a 30 veces la de Vaca Muerta.
Rusia anunció esta semana el hallazgo de una importante reserva de petróleo en una porción del territorio de la Antártida cuya soberanía disputan la Argentina y otros países, como Chile o el Reino Unido.
Según informó el sitio británico The Telegraph, el hallazgo fue del buque Alexander Karpinsky, operado por la compañía rusa Rosgeo, que se dedica a encontrar a nivel mundial reservas minerales para explotación comercial.
En este caso el hallazgo se produjo en el área de 1.709.400 km² conocida como Territorio Antártico Británico (BAT, sus siglas en inglés), que se superpone con la porción de superficie que reclaman Chile y Argentina por separado.
Hasta ahora se cree que hay en la Antártida un total de 511.000 millones de barriles de petróleo, 30 veces la cantidad que existe en Vaca Muerta, el yacimiento que está repartido en las provincias argentinas de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza.
Aunque la confirmación de la existencia de petróleo fue confirmada por Moscú, Rusia suscribió al Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, que prohíbe la explotación de recursos subterráneos en la Antártida desde 1990, por lo que no significa que comience de inmediato un plan para su extracción.
El tratado de 1990 busca hacer de la Antártida una reserva natural para la exploración científica, e incluso prohíbe las maniobras militares o los ensayos de armas de guerra.
Aunque existen reclamos de varios países sobre la Antártida, ningún Estado ejerce su soberaía sobre ella, conforme lo estipula el Tratado Antártico de 1959, al que suscribieron Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética (hoy Rusia).
Al día de la fecha hay 56 países adheridos al Tratado Antártico, pero sólo 29 tienen estatus de miembros consultivos en el caso de que se quieran hacer modificaciones al acuerdo (por ejemplo, para permitir la extracción de petróleo).
Eso cambiaría en el año 2048, cuando todos los países pasarían a tener el derecho a pedir una revisión del Tratado Antártico y las modificaciones se podrían lograr con una votación ganada por mayoría simple.